domingo, 16 de diciembre de 2012

ENEMIGOS DE EUROPA (II): Erradicar el cristianismo


En la entrada anterior se comentaba el empeño de los enemigos de Europa por inundar nuestro continente con la inmigración masiva y la concesión de derechos políticos a todos los inmigrantes. Escribía que ello es parte de una guerra en toda regla contra Europa y los europeos. Guerra llevada a cabo de forma consciente por fuerzas hostiles que odian nuestra identidad y nuestra historia, de forma inconsciente por los idiotas útiles en su ingenuidad y buenismo que ellos llaman valores, y finalmente de forma indiferente por quienes no tienen ningún tipo de ideología, ni inquietudes más allá de su vida y bienestar económico, y cuya colaboración se compra con un saco de monedas.

Otro de los aspectos de esta guerra contra Europa es la campaña para erradicar el cristianismo, para que los símbolos cristianos y las referencias a la religión cristiana en el ámbito público sean ocultadas todo lo posible si no abolidas. Es el llamado laicismo que pretende en realidad que los cristianos se escondan, que no proclamen que lo son y que no muestren sus símbolos, que se limiten a vivir su creencia en privado y en la intimidad de sus casas. Algunos ejemplos tomados de nuestro país y del extranjero a los cuales el lector podrá añadir a placer muchos otros, porque verdaderamente es la misma atmósfera que respiramos y la política que los poderes públicos en Europa están llevando a cabo sistemáticamente.

Ni Biblia ni cruz: Urkullu borrará en su toma de posesión los últimos vestigios cristianos del PNV






Aquí hay que entenderse. La tradición y la identidad  europeas son algo más que el cristianismo. Existen unas raíces y una base, racial y espiritual, que se se extienden mucho más atrás, en el mundo clásico grecorromano y antes aún en el substrato indoeuropeo de aquel mundo. No sólo Europa existía antes del cristianismo sino que se prolonga más allá de la hegemonía cristiana en el Medioevo, en los mil aspectos del desplegarse de estas raíces en la creación artística, musical, filosófica, política. Incluso durante la Edad Media la Europa cristiana albergaba en su seno corrientes espirituales subterráneas procedentes de las antiguas religiones paganas, y múltiples reminiscencias de una tradición anterior en la cultura popular, en los cuentos tradicionales, en los ciclos de leyendas.

De cualquier manera el tiempo en que Europa era solamente cristiana ha pasado y no volverá. El cristianismo no puede ya pretender el derecho a la exclusividad, aunque ciertamente es un momento fundamental en nuestra historia y nuestra tradición, que puede y debe convivir con otras maneras de entender Europa.

Con esta pequeña salvedad y volviendo a la campaña contra el cristianismo, me parece evidente que esta campaña es un componente esencial en la batalla incansable de los enemigos de Europa para erradicar su tradición y crear el vacío.

Vacío que lo necios interpretan como una liberación y el inicio de una era de libertad, en que el oscurantismo será sustituido por la racionalidad y el cálculo utilitario de la felicidad universal. Esta puede parecer sólo una afirmación en un lenguaje retorcido, pero es el fondo de la mentalidad progre, que quien escribe conoce perfectamente, habiendo pasado por ello hace ya muchos años y sobre todo habiendo visto el vacío espantoso que se esconde detrás de ello.

Lo vemos todos los días. Salta a los ojos el efecto que este vacío ha dejado, en la decadencia y la podredumbre de una sociedad de pequeños egos, que se creen emancipados y libres cuando en realidad han pasado a la religión bastarda del dinero, al sectarismo intolerante del fanatismo igualitario y de la corrección política, o a una espiritualidad new age a buen mercado que es el equivalente del supermercado chino de todo a un euro.

Pero todos estos son sucedáneos babosos de una verdadera religión. Si los enemigos de Europa consiguen triunfar en su empeño, el vacío a que me refiero, a largo plazo, puede muy bien ser ocupado no por los sucedáneos sino por la religion islámica, que se pasa por la entrepierna la laicidad y las pajas mentales de los intelectuales europeos. Y aquí es donde la campaña para la colonización étnica de la que hablé en la primera parte de la entrada se salda con la campaña para la destrucción  espiritual.

Ambos frentes se unen en un esfuerzo convergente por parte de los enemigos de Europa. El momento es decisivo y por tanto la neutralidad, el permanecer mirando desde la ventana, el refugiarse en una torre de marfil, es impensable. Este es el momento de luchar, defender nuestro mundo y hacerlo renacer contra la escoria que quiere destruirlo.

Por todo ello considero el anticlericalismo barato tan de moda hoy en día nefasto, y perfectamente posible para un movimiento de renacimiento europeo albergar en su seno tanto a cristianos, cuanto más tradicionalistas mejor, como a quienes tienen otros puntos de vista. Una adecuada sensibilidad no dejará de discriminar entre el amigo y el enemigo en cualquier caso.

sábado, 15 de diciembre de 2012

ENEMIGOS DE EUROPA (I): Extranjeros en casa propia

En alguna ocasión me he ocupado en este blog de las políticas que estan llevando a cabo los dirigentes y los medios europeos contra su misma población, por ejemplo en la entrada Gobernados por traidores. Esto se acompaña, ampliando la mirada al resto del mundo, por el racismo antiblanco al que fue dedicada al entrada Azotes de nuestro tiempo: Racismo Antiblanco.

El odio hacia la tradición y la misma historia europea, y también la hostilidad racial hacia los blancos, está en el ADN de esa tendencia ideológica que hoy infecta la Unión Europea y los organismos internacionales, la ONU en primer lugar. Se la puede llamar izquierda cultural o marxismo cultural, y que personalmente prefiero llamar, siguiendo al pensador italiano Giorgio Locchi, tendencia igualitaria llevada a sus lógicas consecuencias.

Pero para entendernos es simplemente la progresía, que se expresa políticamente a través de los partidos de “izquierdas” y representa una mitad del cáncer que nos está destruyendo. La otra mitad del cáncer son los partidos de “derechas” que quieren transformar la sociedad en un gran supermercado y entregar el mundo a los especuladores. Las dos mitades del cáncer se reparten el trabajo, como es evidente cuando notamos que unos jamás deshacen lo que hacen los otros.

Es mejor que nos despertemos cuanto antes y nos demos cuenta de que hay una lucha en curso, una guerra larvada y oculta. La consideración atenta de la actualidad nos confirma que nuestros enemigos están no sólo fuera sino sobre todo dentro. Estos siempre son los peores, las ratas que ocupan los gobiernos y los medios, que escriben las leyes, imparten justicia y trabajan en la oscuridad para destruirnos como europeos, para traer la muerte de Europa, de su cultura y tradición. Para sustituirla con un engendro que ya no será algo nuestro, que podrá ser cualquier cosa menos Europa, aunque ocupe el mismo espacio físico y la población europea autóctona pueda sobrevivir como una minoría.

Un frente en esta lucha es especialmente visible. Es la campaña constante a favor de la inmigración masiva, cuya finalidad última e inconfesada es que los europeos, a medio plazo, se conviertan en una minoría en su propio continente. En Francia los socialistas de Hollande incluyeron en su programa electoral la concesión del derecho de voto a los inmigrantes y ahora las organizaciones "antirracistas" es decir racistas antiblancas lo reclaman:

Lamentablemente es muy posible que esto se vuelva realidad no sólo en Francia sino en muchos países más, por obra de los enemigos y traidores de Europa. Se nota que tienen prisa, les debe preocupar el avance de los movimientos nacionalistas e identitarios europeos. No les basta ya el proceso de colonización demográfica a través de la naturalización masiva. Los tiempos naturales, generacionales, que se requieren para esta colonización ya no les satisfacen y tienen miedo de que los europeos despierten.

Exigiendo que todos los extranjeros puedan votar quieren desactivar esta posibilidad, neutralizar este peligro que para ellos es la peor pesadilla, la peor amenaza a su proyecto criminal. Proyecto que cada día se perfila con mayor claridad y consiste en arrebatar a los europeos el derecho a decidir en Europa, en convertir a los europeos en extranjeros en su propia casa.

Espero sinceramente que la peor pesadilla de los enemigos de Europa se realice y que un día se obligue a esta gente a responder por lo que están haciendo.

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL REINO DEL DINERO (V): El estiércol del demonio




Esta entrada es la última del ciclo "El Reino del Dinero" que he venido publicando durante este año y continúa la cuarta parte El nuevo feudalismo, que trataba de la toma de control del mundo por parte del poder del dinero, más específicamente de la creación de un nuevo feudalismo como el título indicaba. Uno podría de frente a esta perspectiva estar de acuerdo. Y muchos lo están en efecto, aunque no lo puedan decir abiertamente porque el engaño de la democracia se debe mantener. Alguien tiene que mandar en el mundo de todas formas y si esto trae prosperidad y estabilidad. ¿Porqué no?

Este debe ser el razonamiento de los defensores del mundialismo, de las élites mundialistas traidoras que ceden la soberanía de sus países: No de los tontos útiles se entiende, sino de quienes son conscientes del estado de las cosas. Tienen seguramente sus razones, como las tiene por otro lado cualquier grupo organizado, desde las pandillas callejeras a las bandas de narcotraficantes o los clanes mafiosos; de otra manera no serian grupos organizados, no sé si me explico. El problema surge cuando a los ladrones en vez de ahorcarlos se les permite dirigir el mundo. Se entiende que quien escribe estas líneas es radicalmente hostil a este nuevo feudalismo por varias razones, pero una de las principales es la fealdad del mundo creado por el dinero, fealdad exterior e interior, espiritual, de las personas.

Intentaré usar la analogía con la sociedad feudal para explicar lo que quiero decir. Como punto de partida debemos notar que en general las clases o grupos dominantes en una época determinan el carácter de esa época.

Como en la Edad Media el predominio del caballero y del sacerdote imprimió un cierto sello a aquel mundo, el feudalismo del dinero del que hablé en la entrada anterior marca el carácter de la sociedad actual. Fomenta un cierto tipo de ser humano y deja su huella inconfundible a todos los niveles, desde el carácter de las personas a la vida cotidiana a la arquitectura, la cultura, el pensamiento y el arte. Una huella inconfundible de degradación y vulgaridad, una caída de nivel que acompaña inevitablemente el culto del dinero, del cual he intentado mostrar –no sé con qué fortuna- su naturaleza de religión contrahecha en la tercera parte de esta serie El opio del pueblo.

Casi todas las religiones han condenado el afán de lucro y han visto claramente el peligro que el dinero representa para el hombre, comprendiendo correctamente el poder de dominio y destruccion espiritual que su misma naturaleza encierra.

No es simplemente la cuestión de materialismo contra espíritu, del deseo de bienes materiales y riqueza que siempre ha existido. Que también, pero aquí es algo más profundo, tiene que ver con la naturaleza del dinero, con su carácter abstracto y su particular cualidad. Algo que Massimo Fini ha sabido analizar magistralmente en el libro que ha dedicado al tema, del cual he extraído algunos fragmentos que estoy publicando en El Velo Rasgado. El primer texto del ciclo fue Dinero (I): El estiércol del demonio. Allí se mencionaba la opinión de Lutero sobre el dinero:

“El dinero es la palabra del diablo, por medio de la cual crea todo en el mundo, exactamente como Dios crea a través de la palabra de la Verdad”.  

Estas palabras de Lutero son la descripcion más acertada y más plástica que yo conozca del poder del dinero. El lector más religioso las puede interpretar literalmente o casi, el de formacion o temperamento más laico puede verlo como una imagen poética pero extraordinariamente precisa.

En efecto y tomando prestada la frase de Lutero, la creacion operada por la palabra del diablo, el carácter del mundo que ha producido la religion del dinero, lo podemos ver en cualquier dirección en que miremos, en lo grande y en lo pequeño.

En términos modernos podemos expresar lo que Lutero formuló en términos teológicos, diciendo que el culto del dinero destruye todo lo que es noble y elevado, cualitativo, espiritual, cualquier interés superior en el ser humano, todo lo reduce a mercancía, a un cómputo de beneficios o pérdidas, a rentabilidad que es el valor supremo. Modela a la base la pasta humana produciendo seres que lo miden todo con el patrón del dinero y todo lo valoran en primer lugar desde el punto de vista económico. Es fácil observar que esto ya es casi un reflejo condicionado en el hombre medio de hoy, deformado en el carácter y en sus mismos procesos mentales. Deformación que se expresa en la sociedad que siempre es un producto y una imagen de lo que el hombre lleva dentro.

Esta es la creación de la palabra del diablo en la mente humana, la eliminación de todo interés superior y su reduccion a una máquina de calcular. La degradación y la caída de nivel esta creación la podemos ver simbolizada en sus producciones.

Como las cosas entran por los ojos podemos comparar las catedrales góticas de la Edad Media con los edificios y monumentos símbolos de la edad actual, los centros históricos de nuestras ciudades medievales con las horribles urbanizaciones y barrios dormitorio modernos, producto de la especulación inmobiliaria. No se puede mostrar más claramente la incapacidad del mundo actual, gobernado por el dinero, de producir una construcción realmente hermosa, artística, duradera.


Cierto que hoy en día la técnica es capaz de producir condiciones mejores de vida para todos y no hay nada malo en ello, pero con mayor motivo toda esta capacidad productiva que la máquina nos ofrece, las posibilidades técnicas de los materiales modernos, habrían podido producir creaciones superiores, hermosas, elevadas. A mayor razón que en la Edad media o que en la Antigüedad, en que cualquier gran obra debía ser construida penosamente, en tiempos largos y exclusivamente con la fuerza muscular del hombre.

Si no ocurre así no es por tanto por motivos técnicos, sino por pura y simple impotencia espiritual. No es que no existan las personas capaces de hacerlo, los artistas, es que en otros tiempos era una voluntad política o religiosa era la que dirigía y dictaba dónde el trabajo humano había de emplearse. El dinero existía y era necesario pero era un simple instrumento al servicio de otros fines.


 Hoy es el dinero y su voluntad lo que mueve el trabajo y decide dónde se emplea. Por esto una época pobre y con medios infinitamente inferiores a los nuestros nos ha legado esplendidas catedrales y monumentos, decorados con bajorrelieves, esculturas, pinturas de la mayor calidad artística, mientras que la época actual, con todos nuestros  materiales, Computer Aided Design, máquinas excavadoras, somos incapaces.

¿Quién podría hoy pagar una catedral de León con vidrieras realizadas a mano por auténticos artistas? Nadie porque el dinero no va en esa dirección. El dinero va a horribles montones de casas y urbanizaciones, a coladas de cemento que destrozan el litoral, a cualquier lugar hermoso donde la pezuña del especulador vea una oportunidad de beneficio. Incluso sin remontarnos a la Edad Media podemos ver cómo la calidad de las viviendas ha ido siempre a peor desde la época de nuestros padres, a medida que la cultura del dinero y el beneficio como único valor se ha ido difundiendo y dominando en la sociedad, y a medida que la política ha perdido terreno frente a la economía. No es sorprendente esta degradación, porque cuanto más fuerte es el poder del dinero más efímeras y de peor calidad son las cosas, que no están hechas para durar sino para ser compradas y producir beneficios.

Si pasamos al arte en general podemos ver también allí la creación de la palabra del demonio. La escultura clásica, la pintura del Renacimiento, las obras inmortales de Bach, Mozart, Beethoven, Wagner, todo ello viene de una época, de un mundo, de unos tipos humanos que no medían el mundo con el dinero. También la simple cultura popular, las danzas, las canciones tradicionales, todo ello salía directamente del seno de los pueblos y de su íntimo sentir, tenía un carácter cualitativo, a diferencia de los infames productos de la cultura de consumo actual, fabricados en laboratorio, artificiales, según formulas que buscan exclusivamente obtener el máximo beneficio.

Todo ello es un testimonio de una época y un acto de acusación contra la degradación de una cultura que hoy en día está reducida a un negocio más, dividida en una cultura “popular” que no merece este nombre y es en cambio de masas, realmente miserable cuyo objetivo es sólo el beneficio económico (y la manipulacion oculta, pero no es éste el tema del presente artículo) y una cultura contemporánea “culta”, que es pura degradación y degeneración, sin maestría ni arte, totalmente vacía cuando no una estafa pura y dura –ver la entrada en este blog El rey desnudo y la señora de la limpieza-, esencialmente un producto de lujo orientado mercado del esnobismo de las “élites” actuales.

Esta cultura “de élite” ciertamente no aspira al beneficio de una difusión de masas, pero está ricamente subvencionada por el dinero, el dinero afluye allí. ¿Por qué? Porque este arte degenerado es también de alguna manera una herramienta para la destrucción y la degradación del ser humano, a través de la destrucción del sentimiento de la belleza, de la armonía, de los criterios esteticos, de lo que es sano y de lo que es enfermo. Es una herramienta de ingeniería social.

Remontándonos sólo un siglo atrás, en los orígenes del cine tenemos grandes obras que eran concebidas como arte y como transmisión de un contenido, que tenían ideas, imaginacion, maestría. Hoy en día el cine es un producto comercial que para la gran mayoría de producciones llamar basura se queda corto, además de ser una vez más una herramienta de manipulación de primer orden, y especialmente de difusión de la religión del dinero. Baste ver cómo de una película de éxito se sacan secuelas hasta la náusea, es decir hasta que la gente se aburra lo suficiente para que hacer la película cueste más que lo que recauda. 

Si la caída de nivel en todos los campos producida por el dominio del dinero es evidente prestando atención a las realizaciones visibles y a la cultura, campos en los que deja su inconfundible hedor y su marca, no lo es menos si pasamos al campo de la ingenieria social.

Aquí entramos en el campo de las hipótesis y de algo difícilmente demostrable pero que me parece indiscutible: que muchas de las fuerzas que actualmente están llevando a la sociedad por un camino de degradación y destrucción están apoyadas por el poder del dinero, es decir subvencionadas por la casta de la oligarquía financiera: Son las fuerzs en campo del nuevo feudalismo en sus maniobras para su control de la sociedad.

El antiguo feudalismo tenía sus ejércitos de caballeros que que combatían en campo abierto, virilmente, según sus códigos de honor y su religión. El nuevo tiene sus tropas de choque de lobbies homosexuales que fomentan la desviación y quieren imponerla como normalidad, sus lobbies feministas que han convencido a la mujer de que ser madre es degradante y han desvirilizado al hombre reduciéndole a un payaso manipulado, sus lobbies de la tolerancia que instilan el sentimiento de culpa por amar la propia patria y al propia cultura, sus lobbies de perversos educadores que destruyen desde la infancia los valores del carácter y educan la mente humana para ser una papilla amorfa. Todo esto se puede resumir con un pequeño abuso del lenguaje en la lobby del marxismo cultural.

En el Medioevo lucha en campo abierto y a la luz del sol, coraje físico, monjes guerreros y caballeros. En el Reino del Dinero del nuevo feudalismo, lucha de Lenguas de Serpiente, de ratas que evitan la luz, de gusanos en la oscuridad, de ponzoñas y venenos instilados en las mentes poco a poco, de disolución interior del ser humano.

Que detrás de las múltiples fuerzas que trabajan para la degeneración de la sociedad esté la palabra del demonio me parece bastante claro. Basta observar el poder que tienen, los recursos de que disponen.

Para realizar propaganda, para infiltrarse en la política, dominar medios y estar presente en todas partes, orientar la cultura y dirigir la opinión pública se necesita -además de dinero por supuesto- gente a tiempo completo y subvencionada. Dinero y más dinero en grandes cantidades. Es aquí donde los señores del dinero usan sus recursos, que obtienen gracias a nuestro trabajo.

Doble insulto y doble humillación, que nos inflige la casta de sacerdotes de la religión del dinero que administra el estiércol del demonio y ha reducido el mundo a un estercolero. Gentuza que vive de nuestro trabajo y se enriquece con él, para luego usar esta riqueza contra nosotros, para envilecernos y degradarnos, para reducirnos a una masa amorfa de seres interesados sólo al tamaño de nuestra cuenta bancaria, al vientre y al bajo vientre.

Lutero tenía razón.

Como tenía razón el poeta Ezra Pound, el gran cantor del siglo XX contra el poder de la Usura. Cierro esta entrada y la serie “El Reino del Dinero” con su espléndido y bastante conocido Canto XLV que expresa lo mismo que he intentado decir en esta entrada, pero en un lenguaje bastante más artístico. Por algo era un poeta. Como el lector quizá sabrá, los usureros no le perdonaron y pasó doce años en un manicomio americano, con el pretexto de su apoyo al Fascismo en la segunda Guerra Mundial mientras residía en Italia.


Ezra Pound

CON USURA
Con usura ningún hombre puede tener una casa con buenos cimientos
Cada piedra cortada pulida y bien engarzada
Cuyo diseño sea protector


Con usura

Ningún hombre puede tener un paraíso pintado en los muros de su iglesia
Harpes et luz
O un lugar donde la virgen reciba el mensaje
Y el halo se proyecte en una incisión,


Con usura

Gonzaga no tiene ni herederos ni concubinas
Ninguna imagen está hecha para durar ni para que ayude a vivir

Sólo son hechas para venderse y venderse rápido

Con usura se peca contra la naturaleza,
Será tu pan como un harapo
Será tu pan seco como el papel,

No habrá abundante cosecha, ni harina fuerte

Con usura la propiedad nos divide

Con usura no hay demarcaciones claras
Y no hay hombre que pueda encontrar lugar par su morada
Al picapedrero se le quita la piedra
Al tejedor su telar


CON USURA

La lana no llega al mercado
Las ovejas no dan ganancia con usura
Usura es peste, la usura
Entumece la aguja en la mano de la doncella
Y detiene la destreza del hilandero.
Pietro Lombardo no fue por la usura
Duccio no fue por la usura
Ni Piero Della Francesca, Zuan Bellini tampoco por usura fue
Ni La Calunnia fue pintada.
No fueron por usura Angelico, no fue Ambrosio Praedis,
Ni puede haber una iglesia con un grabado en la piedra que diga: Adamo me fecit


No fue por usura San Trófimo

No fue por usura San Hilario

La usura herrumbra el cincel
Herrumbra a la artesanía y al artesano
Roe el hilo en el telar
Nadie transforma en oro su diseño,
El azur sufre de cáncer por la usura, el carmesí es imposible de bordar
El esmeralda no llega a manos de Memling


La usura asesina al niño en el vientre
Impide el cortejo entre jóvenes
Lleva impotencia al lecho, yace
Entre los recién casados


CONTRA NATURAM

Han traído putas para Eleusis
Los cadáveres han sido preparados para el banquete
Por pedido de la usura.

sábado, 1 de diciembre de 2012

NEGOCIO DEL MALTRATO Y TASAS JUDICIALES



Esta entrada continúa la anterior Las leyes y el diktat de las lobbies pues tiene que ver con las reformas en la Justicia que va a introducir el Gobierno, pero también con el feminismo y por tanto continúa también el artículo precedente Ventosidades de género que ha dado lugar a un vivo intercambio de comentarios.
 
Entrando en el tema, los lectores ya conocerán que el acceso a la Justicia para el ciudadano corriente va a ser más complicado a partir de ahora, porque aumentan las tasas. Pero no para todos. Aquí como en todo el resto, una vez más nos enteramos de que algunas son más iguales que otros.



Ya sabíamos que los varones somos ciudadanos de segunda clase, que con la legislación miserable e injusta que el feminismo ha impulsado basta una insignificancia para condenar a un hombre, que la mentirosa que denuncia en falso se va siempre de rositas, que ciertas acciones son delito si las comete un varón pero no si lo hace una mujer, que basta la palabra de la mujer para detener y encarcelar al hombre, que se ha creado una red de tribunales estalinistas de género con el único objeto de condenar a cuantos más hombres se pueda. Hace años que sabemos todo esto y que la justicia y la ley son enemigas del varón por principio

Pero ahora, además de todo esto, las presuntas maltratadas no pagarán cuando recurran a los tribunales los gastos que todos los demás deberán asumir. Se reconoce así explícitamente que las mujeres son ciudadanas de primera clase y los hombres de segunda. Las primeras tienen más derecho de recurrir a la justicia que los segundos, los delitos contra una mujer son más importantes que los cometidos contra un varón. Este es el significado de la medida.

Naturalmente esto era de esperar. El negocio del maltrato que se mantiene con las denuncias falsas, fomentadas descaradamente por la ley y los privilegios a las presuntas maltratadas, tenía que continuar. En estos tiempos hay crisis y los hombres tienen menos dinero; no se puede desplumar al pollo como antes, y el aumento de las tasas judiciales amenazaba el tinglado basado en la extorsión legalizada del varón. Se perfilaba en el horizonte una amenaza y la mafia del maltrato ya daba señales de preocupación porque las denuncias estaban disminuyendo.

Pero he aquí que llegan los héroes del Ministerio de Persecución contra el Varón y del Ministerio de Injusticia y Lobbies para poner las cosas en su sitio.  Business is business, como dicen en los Estados Uterinos de América; la burocracia del maltrato debe seguir chupando la sangre de los hombres y metiéndoles en la cárcel. Burocracia asesina en sentido pleno, en cuanto responsable del aumento de los suicidios masculinos, y de que algunos hombres, tratados como basura y humillados, se vean empujados a situaciones desesperadas en que la única salida que ven es matar a la mujer y matarse ellos mismos.

Y poco importa que en un papelito que se llama Constitución los españoles seamos iguales ante la ley. Hace mucho que eso ya no vale, y precisamente desde que el Tribunal Constitucional, podrido de gusanos feministas, utilizó la Constitución como papel higiénico avalando la Ley de Violencia de Género.

viernes, 23 de noviembre de 2012

LAS LEYES Y EL DIKTAT DE LAS LOBBIES


Como quizá el lector sepa, hace unas semanas ha sido presentado el proyecto de ley para la reforma del código penal. Aunque la reforma toca muchos temas, los medios de comunicación centran los titulares en el aspecto de la “protección de la mujer” contra el “acoso”, en línea con la obsesión actual yla campaña de lavado de cerebro acerca d ela por la “violencia contra la mujer”.

Las comillas son obligadas, no porque piense que esté bien la violencia contra la mujer, sino porque, traduciendo estas expresiones de la Neolengua del sistema al español, lo que tenemos es -una vez más- la introducción de nuevos delitos y el endurecimiento de las leyes existentes con el único objeto de perseguir al varón. En resumen una nueva etapa en la interminable persecución judicial contra el hombre.

Si quisieran de verdad proteger a la mujer empezarían -por ejemplo- por estudiar el perfil racial y los orígenes de quienes cometen en Europa la mayor parte de las agresiones sexuales reales y especialmente las violaciones en grupo, para después divulgar los resultados y adoptar medidas en consecuencia. Pero esto es algo que no harán jamás porque son antirracistas. No sé si me explico con suficiente claridad.


Ya el titular es deshonesto y en sí mismo propaganda, porque mezcla y pone en el mismo plano abusos reales –los matrimonios forzados- que efectivamente no se deben tolerar en nuestro país, con delitos nuevos nebulosos y fantasmales inventados por la lobby feminista..

Ley basura en línea con otras similares, introducidas en los útimos años en Europa contra el acoso o stalking, que en la práctica significa cualquier cosa que la mujer y el juez consideren como tal. Un paso más en la degradación de la justicia, inevitable cuando cae en manos de mujeres como la actual ministra de Sanidad, Politicas sociales y Persecución contra el Varón. Una feminista no mejor que las que infestaban el gobierno durante el Septenio Negro de Zapatero.

Ya dediqué una entrada al tema del acoso sexual hace unos meses con ocasión de la introducción en Francia de la legislación basura en ese país y no me repetiré aquí:


Pero naturalmente el contenido de la reforma va más allá de esto y tiene otros puntos que merecen ser comentados.

El primero es el endurecimiento de la represión contra la disidencia ideológica y la imposición por ley de la corrección política, con la habitual matraca que se utiliza para justificar la persecución de las ideas: delitos de odio, xenofobia, discriminación y demás.

Pero muy especialmente, dentro de este apartado, se castiga penalmente el delito de negacionismo del holocausto, en línea con toda una serie de leyes infames y liberticidas que se van aprobando en Europa, bajo la presión de la lobby judía que quiere cerrar la boca a quienes dicen algo que no les gusta.

Que el ministro de Justicia sea muy amigo de la lobby judía queda confirmado cuando nos enteramos de que va a conceder la nacionalidad española a los sefarditas, esto es a los descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Esto sí que es memoria histórica y no las gilipolleces de Zapatero que simplemente quería reescribir los últimos ochenta años. Kippah Gallardón –me parece que se ha ganado a pulso el apelativo- quiere reescribir los últimos quinientos años.

La documentación requerida será simplemente un certificado de la Federación de Comunidades Judías, vivan donde vivan. Esto evidentemente significa que a cualquier judío, sólo por serlo, se le regalará la nacionalidad española si así lo desea. Ni siquiera Zapatero hizo algo así, pero cuando vuelvan los socialistas puede que copien la idea y hagan  lo mismo con los descendientes de los moriscos, expulsados también en 1492 por los Reyes Católicos, y hagan otra ley regalando la nacionalidad a cualquier moro por la cara.

Si a esto unimos el repugnante proyecto de vender a precio de saldo la nacionalidad a quien compre casas -esto es a un montón de desharrapados con sus mafias detrás- podemos valorar en su justa medida el desprecio que nuestra despreciable clase política siente por España, su tradición y su historia. Que es el desprecio de todas las clases dirigentes europeas actuales, compuestas por traidores, contra Europa. No es de extrañar porque sirven a los mismos amos, tienen el mismo proyecto antiespañol y antieuropeo. Ya se han quitado casi completamente la careta.

Volviendo a la ley mordaza contra el revisionismo histórico, esta ley faltaba en España o por lo menos no era lo bastante explícita, pero finalmente parece que ahora se han salido con la suya, maniobrando -como siempre- en la sombra hasta conseguir lo que quieren. Ya me ocupé de este tema dentro de las entradas sobre las modernas inquisiciones y las leyes liberticidas en Europa.


Es evidente que detrás de esta ley está la mano de la lobby que maniobra los payasos de la política. Más arriba me he referido a ella como lobby judía. ¿Debería haber escrito lobby sionista? Siento ya el aliento apestoso del manipulador o del idiota manipulado que berrea y grita al antisemitismo.

Bueno, ellos mismos han hecho todo lo que han podido para que sea imposible esta distinción. No hablo aquí de las personas individuales contra las cuales nada tengo. En cambio los grupos judíos, sean o no oficialmente sionistas, las asociaciones que dicen representar a los hebreos, todos ellos, regularmente, siempre, en todas partes y de manera compacta, han apoyado esta legislación miserable y liberticida que castiga la libertad de opinión y de investigación. Han apoyado sin fracturas esta policía del pensamiento, que pretende decirnos qué libros podemos leer, imponernos como un dogma que no se puede discutir la versión de la historia escrita por los vencedores, que en gran medida es propaganda de guerra.

Las mismas asociaciones y grupos, ampliando el discurso, han apoyado siempre de idéntica manera las infames agresiones de la OTAN y por supuesto las políticas del estado de Israel.

Cierto es que antes se solía decir, cuando había menos hipocresía, “My country, Right or Wrong” (los ingleses con sus frasecitas famosas) y este punto de vista tiene también sus razones. Pero en cualquier caso es su country y no el mío. Es el de los judíos y con su pan se lo coman, pero no tenemos porqué aceptar que la política de nuestro país y de Europa sea condicionada por intereses extranjeros que son además antiespañoles y antieuropeos. No tenemos porqué soportar ministros con la kippah que trabajen para Israel y las lobbies judías, y sobre todo contra España y Europa.

En efecto el tema no se acaba aquí porque los mismos de la kippah, sistemáticamente, fomentan también la inmigración indiscriminada en Europa, trabajan activamente para culpabilizar y desacreditar cualquier conato de nacionalismo y defensa de la identidad europea. Cosas que en cambio apoyan con entusiasmo cuando lo hace Israel.

Precisamente Israel es un estado construido con el uso de la fuerza –como todos pero éste mucho más que cualquier otro- comenzando con la imposición colonialista sobre Palestina y pasando por varias guerras victoriosas contra los árabes. Una nación mantenida por un potente aparato militar y por cientos de cabezas nucleares, un estado basado totalmente, desde su origen y en su misma raíz, en un criterio identitario judío.

Sin embargo, este tipo de cosas es denunciado como monstruoso y criminal cuando son los europeos quienes quieren defender su identidad, aunque sea de forma infinitamente más blanda.

Todo esto lo he podido observar durante unos cuantos años, como cualquier otra persona que tenga los ojos abiertos; como he visto también judíos –conocidos o no- que a título personal estaban en desacuerdo con las leyes liberticidas, las agresiones de la OTAN, el comportamiento de Israel y mucho de lo que sus lobbies apoyaban. Baste como ejemplo el escritor y articulista Israel Shamir, y también muchos que no son famosos ni escriben nada. He conocido en mi vida judíos que eran personas decentes y no estaban de acuerdo con todo esto. Respeto ciertamente a estas personas que -como cualquier otra- mientras no demuestren lo contrario han de ser respetadas.

Infames y miserables son en cambio todas las asociaciones que dicen representar a los judíos, o los representan efectivamente, y apoyan políticas criminales, nos imponen en nuestra propia casa leyes criminales para impedirnos pensar libremente.

Una censura y una policía del pensamiento inédita en una sociedad que se llena la boca diciendo que es liberal, que proclama entre sus valores la libertad de pensamiento e investigación.

Lo que quieren hacer con estas leyes es destruir la historia como ciencia y convertirla en una especie de religión contrahecha, impuesta por la nueva inquisición de los tribunales con la kippah. No se busca con todo ello controlar a una minoría de exaltados: una minoría de fanáticos que dicen chorradas no es una amenaza y nunca lo ha sido. Lo que realmente se quiere con la represión es evitar que la verdad salga a la luz, que las falsedades y la propaganda sean expuestas. Esto sí que es una amenaza, una minoría de hombres libres que dicen la verdad, éste es el terror y la obsesión de quienes viven de mentiras.

Seguramente es bien difícil saber donde está exactamente la verdad, dónde termina la realidad y dónde comienza la propaganda de guerra y la falsificación.

Pero sé ciertamente que si la ley y los tribunales imponen creer en algo, el deber de un hombre libre es no creer en ello. Por principio.

Ignoro si las parrafadas anteriores serán delito o no con la nueva legislación. Pero si el librero Pedro Varela ha pasado dos años en la cárcel por vender libros y sin incitar mínimamente a la violencia contra nadie, si le han confiscado o destruido una buena cantidad de libros, con la reforma legal que será aprobada podemos esperarnos sólo algo peor.

Cuando la sociedad se basa sobre la mentira, la falsedad se convierte en ley y la verdad se convierte en delito.

Para concluir, el último aspecto que quería comentar tiene que ver con el endurecimiento de los castigos y la represión contra las protestas ciudadanas, las manifestaciones y los disturbios varios. No es que hasta ahora hayamos visto gran cosa, ni que merezca mucha consideración la fauna perrofláutica y guarreras que hasta ahora ha montado sus protestas de pastel, ridículas y teledirigidas. Pero es evidente que la clase política se está preparando para hacer frente a movilizaciones masivas, para castigar y reprimir las protestas y la rabia que no puede menos que llegar porque desde luego todo va a ir a peor.

Con este tipo de medidas la casta nos muestra claramente que su enemigo somos todos nosotros, que están poniendo a punto los instrumentos necesarios para meter en la cárcel y freír a multas a quien haga una protesta organizada, incisiva, que les pueda preocupar realmente. Están preparando en definitiva más armas para su guerra contra el pueblo español. Sin embargo mucha gente empieza a estar harta de ellos, y si despierta de verdad no les van a bastar ni las cárceles ni los policías.

Otras novedades van en la misma dirección, como el aumento impresionante de las tasas judiciales. Si por una parte ello puede evitar que se recurra a la Justicia por estupideces como tanto nos gusta, el verdadero sentido no es éste. No es ni siquiera recaudar como se podría pensar. Lo que se persigue es dejar un poco más indefensos a los ciudadanos de a pie ante los abusos y dificultar que recurran a la Justicia. En cambio para las asociaciones bien apoyadas financieramente, para las lobbies, en definitiva para quien tiene el dinero detrás, esto es cojonudo porque el ciudadano normal que se oponga a ellos o quiera defenderse de su  matonismo, aunque tenga toda la razón del mundo se lo pensará dos veces por simples motivos económicos.

En resumen, la reforma del código penal traza un cuadro muy significativo de la clase política que nos aflige. Carente de estatura intelectual y ética, legisla como una veleta según las noticias del día, aprueba leyes aberrantes siguiendo el diktat de las lobbies, se prepara para librar una batalla contra su propio pueblo del cual son enemigos y traidores, busca impedir a los ciudadanos normales el acceso a la justicia.

En definitiva todo va encajando en su lugar y múltiples frentes de acción convergen para trazar un cuadro único, coherente. Cuadro que ha sido descrito por muchos, pero en particular, magistralmente, por el escritor italiano Massimo Fini a cuya crítica de la democracia he dedicado un ciclo de mi blog de textos, el primero de los cuales es Massimo Fini: Democracia (1)

Concluyo esta entrada con una citación libre de las palabras de este autor, verdades como puños, lapidarias, sobre la democracia actual:

“Un sistema de oligarquías organizadas para pisotear al ciudadano...Una manera para darle por culo a la gente con su consentimiento”.

viernes, 9 de noviembre de 2012

VENTOSIDADES DE GÉNERO


Hace tiempo que no escribo sobre feminismo y no está bien que se pierdan las buenas costumbres así como el tono general del blog; por tanto no está de más dedicar esta entrada al tema y comentar una noticia de hace unos meses.

La Justicia nos tiene acostumbrados a sentencias demenciales y aberrantes, unas veces resultantes de la aplicación de injusticia codificada en leyes, otras fruto de la iniciativa personal de los magistrados. Pero hasta ahora nunca se había ocupado de ventosidades, a menos quizás que fueran emitidas ruidosamente en la sala del tribunal, caso en el que probablemente constituyan desacato.

Sin embargo la “justicia” antimasculina es incansable en su perversa creatividad y nos enteramos de que castiga al varón también por tirarse pedos mientras discute con su mujer:


Para ser correctos, en algún otro lugar he leído que no fue condenado sólo por esto sino que era simplemente un agravante, y el motivo principal de la condena era haberla agarrado por los brazos o un empujón. No cambia absolutamente nada. Ya es aberrante que algo tan leve como un empujón sin consecuencias o agarrar del brazo sea delito -sólo si lo hace el hombre por supuesto- pero es monstruoso que se condene también al varón por tirarse un pedo, aunque sea sólo un agravante.

La flatulencia según la sentencia constituía una “actitud de menosprecio que lesionó la dignidad de la denunciante, además de menoscabar su autoestima y honor”. Tiene su humor, o lo tendría si no hubiera un condenado por el pedo. Por desgracia no es una gracia en el espectáculo de un humorista, sino la lamentable realidad de una justicia que se ha convertido ella misma en una gigantesca flatulencia de una sociedad decadente y en descomposición.

Esta dictadura feminista ya no sabe qué hacer para acosar al varón. No se trata sólo de un episodio ni de un caso aberrante aislado, no es solamente un magistrado particular que emite sentencias discutibles o injustas. Esto último es algo que siempre puede pasar y que siempre sucederá.

Se trata, muy al contrario, de un indicador significativo del ambiente general que hoy en día se vive, en los tribunales y fuera de ellos. Una aplicación perfectamente consecuente de las reglas escritas y no escritas vigentes actualmente, según las cuales cualquier atropello contra el varón es lícito.

El problema no depende sólo de las leyes basura que las feministas han logrado hacer aprobar, apoyados por los gilipollas domesticados manejados como peleles y por una amplia mayoría de mujeres que jamás se han opuesto a ello. Se trata sobre todo de una cierta mentalidad, omnipresente, que ha calado hondo en la sociedad y en particular entre quienes están encargados de impartir justicia. Mentalidad que la propaganda feminista ha convertido en el aire que respiramos tras una larga campaña de envenenamiento de las conciencias.

Los niños y jóvenes víctimas de esta ponzoña feminista han crecido, se han convertido en hombres castrados mentales llenos de culpabilidad por ser tales, en mujeres fracasadas e infelices llenas de odio contra el varón. Ahora ellos son la nueva generación que escribe las leyes, imparte “justicia”, ocupa el Estado, los medios y el sistema educativo.

Las taradas que odian a los hombres pueden estar contentas. Ellas están trayendo poco a poco el mundo que querían. Les da un poco igual el futuro, de la sociedad y de los hijos. Hijos que en su mayoría no pueden o no quieren tener, o aunque los tengan son demasiado egoístas y emancipadas para criarlos bien. Todo esto les importa relativamente. Lo importante para ellas es joder a los hombres.

Algo más difícil es comprender  a las mujeres normales que han apoyado y apoyan esta tiranía feminista, sus leyes y su justicia, sus cuotas, su discriminación positiva y su destrucción de la figura del padre que han reducido a una sombra.

Sus hijos varones crecerán sin masculinidad, como castrados mentales sin personalidad y eternos peleles en manos de la mujer; sus hijas féminas encontrarán sólo tales compañeros, porque cada vez más hombres con un mínimo de cerebro o de carácter evitarán esa trampa mortal en la que han convertido el matrimonio.

Sus hijos varones, cuando crezcan, vivirán en una sociedad donde la justicia y las leyes los tratan como la mierda, donde en su carrera profesional cualquier inepta les pasará por delante por ser mujer, donde pagarán más impuestos por ser hombres y estarán obligados así indirectamente a mantener a las inútiles subvencionadas.

Enhorabuena por tanto a las madres presentes y futuras que apoyan la dictadura feminista y la sociedad que está construyendo, un futuro donde sus propios hijos van a tener menos derechos que los perros.

viernes, 2 de noviembre de 2012

EL REINO DEL DINERO (IV): El nuevo feudalismo



Durante este año me he ocupado algo de temas económicos, y específicamente de la cuestión de la soberanía monetaria y lo que ya es una evidente dictadura de la finanza internacional sobre los gobiernos. La serie El Reino del Dinero que –temo- es algo indigesta de leer, formada por tres partes: Húngaros, Mercaderes de humo, El opio del pueblo se ha ocupado de estos temas. Por otra parte en el blog El Velo Rasgado, que complementa el Oso, he publicado un cierto número de textos con la etiqueta Economía que completaré con un ciclo de Massimo Fini cuya primera entrada publico hoy. En conjunto explican lo esencial y son sugestivos para motivar al lector que quiera seguir profundizando en el tema.

El cuadro general que aparece es, en pocas palabras, una situación en la que un cierto grupo o casta se ha hecho o se está haciendo con el control de la sociedad y las palancas del poder, funcionando como una clase dominante mantenida por el resto de la población. La clase de quienes crean y manipulan el dinero en sus varias formas, que es el medio a través del cual ejercen el control.

El dinero es necesario pero no es un bien en sí mismo, sino un instrumento económico para facilitar el intercambio y medir el valor de las cosas. Por tanto debería ser propiedad de la comunidad. Quienes gestionan su circulación realizan un servicio como cualquier otro y tienen su lugar en la sociedad, que debería ser subordinado al poder soberano y nunca de hegemonía. La aberración se produce cuando el dinero es privatizado, cuando quienes lo gestionan lo prestan a la comunidad a cambio de intereses. Mientras dura este sistema la sociedad está siempre endeudada con ellos -por definición- cada vez más, y con el tiempo se van convirtiendo en los amos. Este es el núcleo de la cuestión, la palanca con la cual han escalado un poder que nunca deberían haber tenido.

Naturalmente que haya una clase o una casta dominante no es una situaciòn nueva, es la misma historia humana. En cada época de una nación o una civilización, un cierto grupo o una casta, expresión de una cierta funcion social, ha ejercido la hegemonía y ha impreso a la sociedad un cierto carácter, ha modelado un cierto tipo de cultura.

La hegemonía puede ser la de una aristocracia guerrera como en la Europa feudal y el Japón de los samurai, de una casta sacerdotal como en la India de los brahmanes y los antiguos imperios teocráticos, de una casta de funcionarios basada en la educacion como en la China imperial de los mandarines, de una oligarquia de mercaderes, etcétera. Las variantes son numerosas y la importancia relativa de las funciones sociales, cuál de ellas es el tema dominante en la sinfonía, imprime un sello a toda la cultura.

Pero no es lo mismo que manden los sacerdotes, los guerreros, de los filósofos o los banqueros. Y en efecto la degradación y la decadencia de la sociedad moderna tienen mucho que ver con el hecho de que la casta de los mercaderes de dinero sea la que domina. Pero ello será el tema de la siguiente entrada El estiércol del demonio.

Cada casta o grupo humano ha tenido sus medios para llegar al poder y al dominio de la sociedad. Podemos preguntarnos cómo, concretamente, los amos del dinero han llegado a obtener este poder. Sobre este punto hay una conocida historieta con cinco náufragos en una isla, cada uno de los cuales tiene una habilidad diferente. Forman una sociedad donde se intercambian su trabajo, pero este “comercio” es engorroso porque les falta una unidad común para medir y representar el valor, es decir les falta el dinero. A un cierto punto llega otro náufrago, un banquero, que les ofrece la solución del problema: el dinero, que él mismo imprimirá.

Pero en vez de hacerse pagar una cantidad establecida por este servicio y crear una cierta cantidad de dinero repartida entre todos y de propiedad de la comunidad, lo cual pondría al banquero en pie de igualdad con los otros aportando su particular habilidad, en el sistema que se inventa el dinero es de su propiedad y lo alquila a los demás a cambio de un interés.

Como hemos visto éste es el núcleo de la estafa monetaria. La diferencia es importante porque en el primer caso el banquero es un miembro más del grupo, el dinero pertenece a todos y es controlado por la comunidad, en el segundo el banquero no proporciona un servicio más porque es el propietario de la herramienta dinero y puede dictar sus condiciones. Al final todos acaban trabajando como esclavos para él, que poco a poco va comprando con el dinero que fabrica todos los bienes.

Hasta que a los otros se les inflan las narices y se preguntan por qué motivo el banquero tiene que ser el dueño de todo y dictar su ley. La historieta termina con el banquero puesto de patitas en el mar con su dinero.

Esta es una decripción bastante precisa aunque esquemática de lo que hoy es evidente pero comenzó hace bastante tiempo. En una isla con pocas personas naturalmente una operación como la descrita no sería posible y el final de la historieta es inevitable, pues en una sociedad tan reducida y elemental el juego sería claro para todos e inaceptable.

Todos se conocen personalmente, pueden abarcar la totalidad de la economía y de la vida en la isla directamente, por experiencia personal. Cada uno sabe lo que los demás hacen, los problemas son comprensibles a todos y les afectan directamente.

En una isla de miles o millones de personas las cosas cambian y la toma del poder por la finanza es posible. La economía es compleja, cada uno conoce personalmente sólo a un puñado de personas, las cuestiones son a mayor escala y la realidad se puede abarcar sólo mediante los medios de comunicación de la isla.

A este punto el banquero lo tiene bastante fácil para que el personal no termine arrojándolo al mar. Se garantiza una buena entrada de intereses con su invento, suficiente para pegarse la vida padre y tener en nómina –digamos- a cinco caraduras a los que paga más que bien. Dos de ellos –un poco ineptos y que no saben en realidad hacer gran cosa- fundan partidos políticos que bautizan como derecha e izquierda. Los otros tres vivales -tienen buena labia y saben por lo menos escribir- dirigen los tres periódicos de la isla, uno de derechas, uno de izquierdas y uno independiente. Los isleños votan, los políticos se pelean en los periódicos y se van alternando en los cargos.

Todos contentos. Si por casualidad un grupo de ciudadanos descontentos con el banquero se asocian e intentan utilizar el mecanismo democrático, fundar un partido para cambiar el sistema, curiosamente los tres periódicos parecen hablar con una única voz y lo cubren de fango, de manera que parece un partido criminal y la mismísima encarnación del mal. Si el banquero ha sido previsor, se habrá preocupado también largo tiempo atrás de subvencionar a uno o dos personajes sesudos e instruidos, para que sean los maestros intelectuales y la conciencia moral de la isla.

¿Cuál es el final de esta otra historieta? ¿Conseguirá el sistema ser estable y garantizar un bienestar a la población, suficiente para tenerla tranquila? ¿Fracasará el sistema y entrará en crisis? En este caso ¿Logrará el partido antisistema cambiar las cosas? ¿Pacíficamente? ¿Habrá una revolución?

Nadie tiene la bola de cristal. Lo que es cierto es que el final de la historia no está escrito en ninguna parte ni está determinado por una ley o ecuación matemática, conocida o por descubrir. Depende de la voluntad del hombre que es la que siempre da una forma a la historia, que es libre.

Habrá quien piense que la descripcion anterior es una caricatura. Efectivamente está supersimplificada y es muy esquemática, sin embargo corresponde en buena medida a la realidad. De acuerdo, quizás la democracia no esté aún tan vacía de contenido, puede que no sea así al cien por cien, pero por lo menos lo es –digamos- al setenta por ciento y va en aumento.

Ciertamente no seré yo quien resuelva en este blog el problema de la democracia y la representación, pero me parece claro que la forma de gobierno democrática y el sistema de partidos son el medio ideal para que el dinero y quienes lo controlan dominen la sociedad. Para que logren imponerse como la casta dominante en la sombra, más allá de la fachada de aparentes alternativas y el cacareo del gallinero de los partidos políticos.

Como mínimo el problema de una mejor forma de gobierno está abierto y si hay una verdadera cuestión política hoy, es de qué parte estar frente a la construcción de este nuevo feudalismo del dinero. Es la única significativa, porque es la cuestión de quién manda realmente. El resto es paja.
 
Pero al fin y al cabo alguien tiene que mandar en el mundo. ¿Es tan malo el feudalismo del dinero? ¿Es peor que el de los señores de la guerra feudales o que el de los sacerdotes o que la hipotética república de los filósofos? Las reflexiones que surgen de estas preguntas serán el tema de la siguiente y última entrada de esta serie.

Como último apunte sobre el sistema democrático, digamos que los fundadores de la democracia moderna tenían en mente una clase dirigente que representase a la sociedad y elegida por el pueblo, pero basada en el mérito, la educación y la excelencia personal, formada con criterios cívicos y de servicio a la comunidad.

Es evidente –o debería serlo- que estos criterios son totalmente incompatibles con la mentalidad igualitaria que hoy domina, y cabría discutir sobre su compatibilidad en la práctica con el sistema democrático. Pero más allá de esto y en cualquier caso, la élite destinada a dirigir la sociedad que tenían en mente aquellos pioneros era muy diferente de la casta política actual. Ciertamente lo último que querían aquellos padres de la democracia moderna era el feudalismo del dinero, que son embargo es el punto al que está llegando inevitablemente su sistema.

viernes, 26 de octubre de 2012

DE LA GENERACION X A LA GENERACION SABANDIJA



Sabandija: según el Diccionario enciclopédico Vox (2009)


1.   "Cualquier reptil pequeño o insecto, esp. de los asquerosos y molestos”


2.    Fig. “Persona despreciable”


Como el lector verá no es excesivo hablar de Generación Sabandija como evolución natural o metástasis de la Generación X que constituye una buena parte de los jóvenes y adolescentes hoy en día. O quizá es que han sido siempre lo mismo.

Me refiero a la gamberrada de unos cuantos chavales que asaltaron un colegio religioso de Mérida en lo que seguramente consideran una heroica protesta antisistema:


Además de gritar esas lindezas estos capullitos –flores que no han acabado de abrirse según el diccionario, aunque ya muestran lo que será la flor abierta- con sus banderas republicanas intentaron robar material, arrancar los crucifijos de las aulas, causaron destrozos varios, hicieron pintadas obscenas, tiraron bollos por el suelo e incluso (!) pusieron un bollo a los pies de la estatua de un santo.

Lo de tirar comida por el suelo con desprecio sugiere que no pasan hambre precisamente -mi abuelo hubiera protestado de otro modo- pero el significado de poner un bollo a los pies del santo sinceramente se me escapa. Si algún lector está más versado que yo en el lenguaje simbólico de los guarros que me saque de dudas.

Más arriba he hablado de gamberrada pero la palabra es algo impropia. Pues se trata de algo más: no es simplemente fruto del aburrimiento de unos niñatos sino que tiene evidentemente una intención política. Quiere ser una acción ideológica, anticlerical, revolucionaria. Lejos de haber sido ideada por unos cuantos chavales descerebrados tiene a alguien detrás, alguien que no daba la cara mientras sus retoños entraban a vandalizar el colegio de los odiados curas:


Esta gente por lo que parece quiere volver a los años treinta, se deben considerar los herederos ideales de aquellos que asaltaron conventos e iglesias, con resultados mucho más sangrientos. Es como si quisieran reproducir esta situación, como si en su infantilismo se hubieran quedado mentalmente bloqueados en que 'los curas son los malos' y no salieran de ahí.

En los años treinta sabemos cómo terminó todo. Podríamos pensar que hoy en día, más de setenta años después, las hordas de guarretes que se creen revolucionarios, y sobre todo quienes están detrás, pretenden reproducir esa situación y exasperar las tensiones.

Pero lo que fue tragedia se repetirá sólo como farsa. El material humano es demasiado diferente. Donde antes el marxismo manejaba masas de obreros y campesinos cabreados, que por lo menos sabían luchar y morir, ahora hay masas de niñatos y de guarretes malcriados, llenos de derechos y por tanto convencidos de tener derecho a todo “porque yo lo valgo”, de los que tiran piedras y apalean a la policía si pueden, pero en cuanto se hacen un rasguño o reciben un mamporro se ponen a lloriquear.

Como el perro pequeño que ladra rabiosamente al grande pero sólo cuando éste está atado. Porque eso y nada más es lo que saben hacer. Entraron rompiéndolo todo, empujando e insultando, pero eso sí bien provistos de teléfonos móviles para grabarlo todo, llorar como nenazas y denunciar si los agredidos reaccionaban.

Los capullitos sabían que, siendo menores de edad, los agredidos se meterían en un problema si les daban dos hostias y los echaban del colegio como se merecían:

"Tú tócame, que te grabo y se te cae el pelo porque soy menor"

Como se ve, tenían bien aprendida la lección. Actitud elocuente y que ya lo dice todo, revela la ínfima calidad humana de los niñatos, de sus padres que los han (mal)educado de esa manera y seguramente animado a realizar su hazaña, de los adultos que iban con ellos y permanecieron fuera de las puertas del colegio.

Esta actitud es tan despreciable, es una amalgama tan incalificable de chulería y cobardía,  que cuesta trabajo encontrar palabras adecuadas para describirla.

Personalmente no soy ni violento ni agresivo, pero si un día llego a pensar que es necesario defender mis razones con la violencia aceptaré como parte del juego que el otro se defienda y la misma violencia sea usada contra mí.

Para ser totalmente claro, si voy a tocar los cojones a otro e invadirle su espacio, esté o no justificado esto, tenga yo razón o no, debo aceptar que puedan partirme la cara y no puedo lloriquear y patalear sobre mis derechos violados si el otro se defiende.

Esto es un principio ético elemental. Por lo menos para una persona bien nacida. Lo contrario es ser un mierda en el pleno sentido de la palabra. Y una conclusion se impone.

Lamentablemente hemos criado una generación de mierdas.

Bueno, los han criado los demás, no yo personalmente que intento educar de otra manera, ni muchas otras personas, pero hemos de reconocer que los mierdas son muchos si no la mayoría. Pero no sólo es que representen ellos el futuro de nuestro país, es que sus padres representan el presente.

En efecto si son así es porque lo han recibido de sus padres, que les han enseñado la cobardía, la irresponsabilidad, la arrogancia y la chulería, es que así son también sus padres. Como así son muchos de quienes hacen las leyes, de quienes las aplican y de quienes nos gobiernan. Este tipo de cosas nos ayuda a comprender porqué nuestro país está como está.

Y ésta es la amenaza y la tragedia de nuestro país, no unas masas marxistas cabreadas que van a hacer una revolución, sino una Generación Sabandija criada en los antros oscuros del marxismo cultural durante años y decenios, una sustancia humana que no hará nunca una verdadera revolución, porque se sienten perdidos en el mundo si les quitan el iPhone y la ropa de marca, pero que en cambio tiene el poder de destruir y pudrir la sociedad desde dentro.

Como el lector puede comprobar, las dos acepciones de la definición de sabandija dada al principio de la entrada son plenamente aplicables. Yo me quedo con la primera.