[Esta entrada fue preparada antes de las
jornadas de disturbios raciales en Suecia, fenómeno creciente en Europa, que ya
bien conocen Francia e Inglaterra, y destinado a agravarse con el tiempo. Resultado
de una política particularmente suicida de inmigración indiscriminada, impuesta
a los gobiernos por quienes están construyendo la tiranía mundial de la que se
ocupa esta serie de artículos. Como comentario, aunque el tema de esta entrada
sea el país nórdico como modelo de degeneración social y pueblo decadente,
evidentemente ello no se aplica a los suecos patriotas que intentan luchar
contra esta situación. No conozco las posiciones de los “identitarios” suecos
sobre estos temas, en particular si, además de la inmigración, les preocupa la
inmensa degradación de su sociedad, modelo de corrección política y progresismo
es decir de la peor basura que ha producido la humanidad hasta la fecha. Como mínimo
habrá que darles el beneficio de la duda.]
Tras
las consideraciones realizadas en la segunda parte sobre la sociedad de la
vigilancia total y la seguridad, volvamos a la abolición del dinero en
efectivo, que como se comentó en la primera parte es un paso decisivo en la
construcción de sistema de control total de la economía, de la política e
incluso de la vida de las personas, que dependen totalmente de un mundo virtual
en el cual están sujetas al arbitrio de los gestores y por tanto vulnerables
frente a una represión capilar. El instrumento es el sistema bancario
internacional, el poder que representa, con su epicentro en el mundo
angloamericano, internacional y con la vocación de englobar todo el mundo.
Un
poder que favorece el sistema democrático como se ha implantado en Occidente, en
cuanto es el sistema que mejor logra penetrar; habiendo logrado la independencia
del poder político, es capaz de dictarles su ley a los gobiernos porque los
políticos democráticos en el sistema de partidos son figuras de paja a las que
fácilmente se puede comprar, careciendo éstos de cualquier ideal y horizonte
temporal que vaya más allá de sus privilegios, de los tiempos electorales, de
su propia existencia. La cuestión de si es posible una democracia distinta, una
representacion que exprese un poder político soberano, que no esté al servicio del
gobierno de los usureros mundiales, es otro tema y queda abierta.
Como
existe la posibilidad que fuerzas políticas nuevas, dentro del marco actual,
logren hacerse con el poder. Existen en efecto partidos políticos que
abiertamente denuncian esta situación, en algunos países – como el nuestro
lamentablemente - minoritarios o minúsculos, en otros cada vez más fuertes. Siempre
demonizados por el sistema, impresentables
como suele decirse, es siempre posible – y deseable en el máximo grado -
que en un futuro es concebible que logren desafiar seriamente el poder
mundialista Pero en el sistema de la democracia actual y de los partidos la situación es la que he indicado más
arriba.
El primer
país con visos de abolir realmente el dinero en efectivo y por tanto instaurar,
en el ámbito económico, este sistema de control total es Suecia como se comentó
en el primero parte de estos artículos. Esto no es una casualidad, porque el
país nórdico es el primero no sólo en esto sino en otras cosas.
El
modelo de sociedad sueca es menudo indicado por los “progresistas” como ejemplo a seguir y paradigma de sociedad avanzada. Lo cual quiere decir
naturalmente que en ese país las fuerzas que traen la disolución y la
degeneración social son especialmente fuertes, han encontrado menos resistencia
y por ese motivo se ha convertido en un laboratorio privilegiado para la
ingeniería social.
Dominio total del feminismo
Suecia
es la peor tiranía feminista de Europa con diferencia, donde las leyes
punitivas misándricas, la indefensión jurídica del varón, el proceso de
castrado mental de los hombres, el odio antimascuñino explícitamente
proclamado, alcanzan niveles no vistos en otros países europeos, que aunque
gravemente afectados por la lacra del feminismo aún no han llegado a ese nivel.
Sociedad
persecutoria del varón cuya obsesión feminista llega a niveles grotescos,
humorísticos –si tuvieran sentido del humor - como el detalle de capar el león
macho que figuraba en el emblema heráldico del ejército sueco. El cipote
leonino era apenas visible en el escudo, sin embargo estaba ahí, impertinente, y
a las mujeres soldado les molestaba.
No se
puede decir más claro y fuerte qué es lo que odian y también es un triste, preciso
símbolo de lo están haciendo con todos los pueblos de Europa. El lector puede
imaginar fácilmente el tratamiento que les reservarían a los toros de Osborne,
esparcidos por toda la geografía española (menos en Cataluña donde prefieren el
borrico identitario, pero si es macho no le va a ir mejor).
Lo anterior
no quita que las suecas sean frecuentemente violadas por inmigrantes - responsables de la mayoría de estos
crímenes – muchos de los cuales son violentos y abiertamente consideran a las
suecas blancas como legítima caza y poco menos que basura; mientras sus propias
mujeres no reciben ese tratamiento, a menos que abandonen las costumbres y la
moral de su comunidad.
Es el
precio que se paga por ignorar una realidad antropológica elemental: que son
los hombres, sanos, vigorosos, quienes defienden a sus mujeres. La línea que
han perseguido tan tenazmente las suecas, en cambio, es la de castrar mentalmente a los
hombres con sus leyes y sus tribunales feministas. Error grave y que están pagando caro, el de pensar que sus tribunales de género y el blablabla progresista las iban a proteger de unas
poblaciones que, serán primitivas y violentas, pero tienen su vitalidad y sus instintos intactos; poblaciones que ven en la sociedad blanca sueca un montón de putas
promiscuas que dominan sobre una masa de medio-hombres incapaces de
defenderlas.
La arrogancia y la prepotencia no se detienen con leyes y con palabras, sino cuando se encuentran ante quien tiene la voluntad y la capacidad de defenderse. Esto es lo principal; las leyes y las palabras vienen después y forman parte de los medios, que si no son suficientes dejan paso a otros más enérgicos.
En efecto el
tema de las violaciones étnicas y la creciente inseguridad general está ligado
estrechamente a otros dos campos en los cuales Suecia es de las primeras de la clase si no la primera: la
inmigración masiva y el racismo antiblanco. Lo primero ha convertido muchos
lugares en inseguros, invivibles; lo segundo ha impuesto el tabú por el cual
el carácter racial de la violencia y en particular el carácter racial de las
violaciones no se puede divulgar; para quien lo haga está siempre lista
la acusación de racismo. El mantra no escrito blanco malo - inmigrante bueno tiene plena vigencia, tapa bocas para que no hablen, oídos y ojos para que no escuchen ni vean, apaga cerebros para que no saquen conclusiones.
Inmigración masiva y descontrolada
Durante
años, si no décadas, los gobiernos suecos han fomentado la inmigración masiva
con una política de puertas abiertas, lavando el cerebro de sus ciudadanos a
conciencia, e ignorando la opinión de una buena parte de la población. En 2011
el 27% de la población era de origen parcial o totalmente extranjero, de la
cual aproximadamente la cuarta parte de países musulmanes, que es la que da
problemas. Para ocultar la realidad y mejor engañar a la opinión pública el
gobierno sueco, según una práctica habitual en Europa, no hace estadísticas
según el origen étnico.
Racismo antiblanco al poder
Sobre
el racismo antiblanco, el país nórdico está también a la vanguardia. Intensa es
la propaganda encubierta o explícita contra los suecos autóctonos, culpables de
tener la piel demasiado blanca. Abierta la hostilidad de los políticos
traidores contra su propia gente, continuo el lavado de cerebro de los antirracistas.
Intervención y control estatal
También
es un país con impuestos extraordinariamente altos, que se usan en parte para
subvencionar las políticas de inmigración masiva y el racismo antiblanco, obligando
a los suecos a financiar políticas contra ellos dirigidas.
Naturalmente
no todo el dinero se va ahí. La mayor parte de este dinero vuelve a las
familias y a los contribuyentes en la forma de ayudas y subvenciones de todo
tipo. El resultado de esto, naturalmente, es que la economía está en alto grado
controlada y dirigida por el Estado a nivel personal y familiar. El Estado
quita mucho y es verdad que también da mucho, pero lo da como, cuando y para lo que quiere el Estado que así tiene una
herramienta potentísima para - por ejemplo - imponer el tipo de educación que desea,
o en general para reprimir y controlar de cerca, por simple vía administrativa, a sus ciudadanos.
Ideología de género
Suecia
es también el país donde la ideología de género es más fuerte, es nación pionera
en la implantación de los repugnantes jardines de infancia asexuados en los que
se reprimen sistemáticamente las diferencias sexuales y se intenta “educar” de
manera neutra. Es el país donde es doctrina de Estado hacer jugar a los niños
con muñecas y a las niñas con metralletas. Nuevamente, estas aberraciones se
exienden por toda Europa pero es Suecia el país piloto y donde tienen más
fuerza estas perversas ideas.
Recapitulando,
se trata de una sociedad donde se observan unas líneas maestras que forman un
diseño preciso, unas ideas y unas políticas que, más que en cualquier otra
parte, triunfan y gozan del apoyo sistemático de sus clases dirigentes.
Feminismo,
inmigración masiva y sin límites, racismo antiblanco, intervención y control
estatal sobre la economía individual y familiar, ideología de género.
Con
semejante, inaudita concentración de basura en una sola nación, se comprende
perfectamente porqué el desafortunado país nórdico representa el ideal de los progresistas
y los Zapateros de todo el mundo.
La
convergencia en Suecia de esta serie de fenómenos degenerativos no es casual.
Al contrario denota una profunda unidad que está debajo, una única fuente, un
único significado.
Volviendo
a la primera parte de esta entrada sobre la abolición del dinero en efectivo
como parte de un proyecto de dominio mundial, precisamente es en Suecia donde
parece que se va a implantar en primer lugar. Esto no es una casualidad, muy al
contrario es una circunstancia reveladora que debemos poner en relación con
todo lo comentado antes.
Comprendemos
entonces, a través del laboratorio sueco, cuál es la estrategia en su conjunto,
se nos muestra un cuadro más claro y se nos revela la que todo esto forma parte
del mismo diseño. La instauración de un sistema de control total por parte del
sistema bancario internacional, que nos deja a la merced de los gestores de un
mundo totalmente virtual, y el conjunto de fuerzas que trabajan para la degeneración
social, la decadencia cultural, la caída demográfica de Europa.
Una
serie de líneas convergentes que indican un punto central y delinean claramente
el proyecto de la tiranía del gobierno mundial, sus métodos y sus estrategias.
Naturalmente
se trata de pruebas indirectas, circunstanciales. Pero suficientemente
reveladoras para quien tenga ojos para ver. No tendremos nunca un documento
donde quede expuesto el proyecto y la estrategia global según las líneas aquí
ilustradas, pero basta observar la realidad e ir atando los cabos para entender
lo que está sucediendo. Por otra parte quien se niega a ver la realidad,
seguirá sin verla aunque la tenga delante de las narices.
No es
difícil comprender, puesta en relación una cosa con otra, el porqué del inmenso
poder de las lobbies feministas,
inmigracionistas y de la ideología de género, la actitud de racismo antiblanco
de los medios y los políticos
democráticos - es decir comprados por las lobbies - y porqué hay tanta
gente que puede permitirse trabajar a tiempo pleno para las lobbies de la degradación. Tienen el grifo del dinero siempre abierto para ellos, todo el que necesitan.
Demasiado
bien entendemos, llegados a este punto, qué es lo que hacen con el dinero que
extraen a la sociedad los usureros internacionales y porqué nunca tienen
bastante.